No veo nada, mis ojos están cerrados. Con fuerza. Me concentro en oler tu cuerpo desnudo, sentir el calor que desprendes, escuchar tu silencio, mientras acerco mi mano muy lentamente para posarme, despacio, sobre tu piel. Noto que tu cuerpo se estremece, tu vello se eriza al paso de mis dedos. Te voy rodeando con mis brazos y mis piernas. Sólo cuando te tengo atrapada abro los ojos, seguro de que no puedes desvanecerte. Es entonces cuando te miro y te digo "te veo, mi todo".
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5 comentarios:
Qué bonita, me recuerda a un fragmento de "La mancha humana":
-¿Sabes una cosa? Te veo.
-¿De veras? –replica él-. Entonces ahora empieza el infierno.
Has pinchado en "El origen"?
"Mi Todo". Tuvo que respirar profundamente. "Mi Todo".
Seguro que no pudo evitar que se le escaparan dos lágrimas, una por cada ojo. Y tapar su pudor con un beso.
Así fue...
http://maderadolivo.blogspot.com/2010/05/ojos-de-agua.html
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