Te oigo en mi oído respirar
Con la oreja pegada
A la pared que separa
Tu celda de la mía
Te veo siempre en mis ojos
En la distancia vacía
Que los kilómetros muertos
Extienden entre los cuerpos
Te saboreo en mi boca
Al beber amargo suero
De las supurantes llagas
Que uñas y dedos desgarran
Intentando arañar tu muro
Te siento en toda mi piel
Cuando habitas un mundo
Al que me niega la entrada
La reja de tu mirada
Te huelo allí donde estés
Porque tu cuerpo ha pasado
Y me haya o no detectado
Yo ya no vivo sin él