lunes, 7 de julio de 2008

Las estrellas de Tristán

Bajó las escaleras corriendo, como un torbellino, excitado. Era una noche de luna llena. Llevaba su jersey de lana azul, vaqueros, su linterna, un saco de tela y una pequeña bolsa de cuero.

- ¿Qué llevas ahí Tristán? - Preguntó levantando la mirada del lienzo.

- Es un polvo de hada muy especial -contestó muy serio mirando a su amada -, que va a ayudarme a conseguir tu regalo de cumpleaños.

Ana sonrió, Tristán la llenaba siempre de ternura cuando la miraba con aquellos enormes ojos negros y le contaba una de sus imaginadas historias.

- No tardes, no me gusta que salgas de noche. Ten cuidado.

"No hay problema", pensó. Conocía a la perfección los bosques en los que se había criado.

- Sí mi princesa - respondió divertido mientras la besaba en la mejilla y ella se ruborizaba. Siempre que la besaba lo hacía, desde la primera vez.

Cuando Ana acabó de limpiar los pinceles se dejó caer en el sofá. Se sirvió una copa de vino que degustó lentamente y puso música de fondo ("hurt" de Johnny Cash) antes de elegir las fotos de su próxima exposición.

Escuchó la puerta y a Tristán.

- Prométeme que no vas a mirar - dijo antes de darle tiempo a girarse-, ¡cierra los ojos!

-¿Pero qué...?

- No seas petarda, ciérralos.

- Está bien...¿vas a tardar mucho?

- No, ya está. Ábrelos, éste es tu regalo.

Abrió los ojos. El salón estaba a oscuras pero encima de la mesa, suspendido en el aire, había un objeto no más grande que una manzana que despedía una tenue pero cálida luz. Se quedó paralizada y se llevó una mano a la boca mientras las lágrimas empañaban sus ojos.

- Te dije la primera vez que te vi que te regalaría una estrella. Y aquí está.

Ana se giró, le abrazó y besó definitivamente, para siempre, con la certeza de amar al hombre más extraordinario del mundo.

Pero Tristán no trajo una sola estrella, sino tres. Cómo lo hizo, un misterio".

(Fragmento del libro "Qué guapa te pones cuando compones" publicado en MNB).

1 comentario:

  1. Releo y recuerdo. Entonces me dejó casi fría la referencia a Hurt, hoy no.

    Reitero mis piropos de entonces, y mis peticiones, pero éstas así, en abstracto, sin un destinatario concreto, como entonces... Como una carta a los reyes: una aurora boreal, una luciérnaga en vuelo o un unicornio.

    ¿Habré sido lo bastante buena?.No importa si Ana es buena, lo que importa es que es amada.

    "...le abrazó y besó definitivamente, para siempre". Estos momentos existen, y estas certezas, incluso aunque luego se derrumben fueron ciertas.

    Estrellas desde Madrid.

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A "leer" le sigue "escribir"