Ahórrate tus besos
y tus lágrimas vacías,
tu corazón de hielo
y tu cabeza perdía.
Ahorra tus palabras,
tu nido de mentiras
las ilusiones vanas
la casa de tu vida.
Ahórrate los gritos
y las llamadas perdidas,
la cara de bobito
y de inocencia fingida.
Ahorra las escenas
de amor incomprendido,
no juegues a dar pena
si solo estás perdido.
No montes estrategias
guerreras en el aire
ni finjas indolencia
si eres tú el que ardes.
Afronta tus temores
camina por tu vida
corrige tus errores
no pierdas energías.
Olvídate de todo
no existo, vida mía,
moriste aquella tarde
en la que te dormías.
Publicado en el libro: El arte de las rimas y otros suspiros
Me gusta (nunca me he atrevido con la poesía, me parece muuuuuuuuy difícil..)
ResponderEliminarEs dejarse llevar, las palabras fluyen con su propio ritmo. Cómo cuando se escribe en prosa. Más que escribir, siento que me brota.
ResponderEliminarMatizo: Del tirón no me brota, con muchos tachones, con muchos. Y a veces hay que dejarlas en maceración, para que cojan sabor. Me dan a rachas, o por momentos. Puedo estar más de un año sin cosecha.
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