Traspasado por la conciencia cierta
de que nunca volveré a recuperar
tu mirada de aventura y fuego
comienzo un nuevo camino hacia
ninguna parte concreta y hacia
todas partes a una vez.
Herido en mi orgullo pueril y vacío
tengo que aprender a bajar la cabeza
hasta encontrar tu corazón latiendo
en otros territorios más fértiles
donde la primavera de la alegría
haga que tiembles entregada
al placer de sus brazos rodeándote.
Te deseo toda la felicidad y te llevas
en el recuerdo de tu corazón un alma
fiel que te amará eternamente
Fragmento del libro:"diario de Kachimba"
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A "leer" le sigue "escribir"